Las exportaciones representan la principal fuente de ingreso en divisas de Venezuela, predominantemente impulsadas por el petróleo. Sin embargo, en un contexto de sanciones, caída de producción y diversificación limitada, la economía enfrenta grandes retos para mantener sus flujos comerciales.
Exportaciones petroleras actuales
En 2025, la producción petrolera se ha visto seriamente afectada por las sanciones estadounidenses, incluyendo la revocación de licencias a empresas como Chevron, Repsol y Eni. Esto ha provocado una caída proyectada de hasta el 30 % en la producción, con una reducción estimada del 34 % en las exportaciones petroleras, ubicándose entre 670 000 y 680 000 barriles diarios durante el año.
Para abril, las exportaciones se redujeron un 10 %, situándose en aproximadamente 780 000 bpd.
Exportaciones no petroleras
Aunque el petróleo sigue dominando, en 2024 se observó una recuperación notable en las exportaciones no petroleras. Productos como metanol, camarones, mineral de hierro, cacao y derivados del ron incrementaron significativamente sus ventas al exterior. Por ejemplo, el metanol alcanzó los USD 320 millones, el café y cacao pasaron de USD 20 millones a USD 70 millones, reflejo de un impulso en sectores agroindustriales.
Destinos principales y mercados emergentes
Las exportaciones no tradicionales crecieron hacia mercados como Europa, Estados Unidos y China, aunque los volúmenes globales siguen limitados. Una estabilización o rebote requerirá superar barreras logísticas, mejorar la conectividad aérea y vencer restricciones operativas.
Retos estructurales
La dependencia de productos primarios y bajos niveles de valor agregado limita el impacto exportador del país. Las sanciones, especialmente los aranceles del 25 % impuestos por EE. UU. a quienes compren crudo venezolano, complican aún más el panorama. Además, las cadenas logísticas frágiles reducen la competitividad internacional de los productos no petroleros.
Las exportaciones venezolanas enfrentan un ciclo complejo: aunque las ventas de productos no petroleros muestran cierto dinamismo, la caída en el crudo erosiona la base exportadora general. Lograr diversificación real, mejorar logística y estabilizar relaciones internacionales será esencial para revertir la tendencia.
